Analizamos los escenarios residuales, dominantes y emergentes, así como los players más importantes del mercado.
Entendimos dónde podríamos posicionarnos y cuáles eran nuestras fortalezas, valores, personalidad y territorios de marca.
A nivel estratégico, estructuramos la arquitectura de marca a través de submarcas, donde cada una representa un departamento del bufete.
A nivel visual, buscamos encontrar un punto medio mezclando la tradición de los casi 80 años con la modernidad, acercándonos a los medios digitales y posibilitando la entrada en nuevos sectores.
Una de las características de la identidad fue asociar las “I” del nombre con los pilares, buscando representar seguridad, uno de los valores de la marca.